El negocio de la lucha contra la droga

La que podría ser considerada una cuestión de salud pública es tratada como una cuestión de legalidad y de justicia penal y mueve unas cifras de negocio multimillonarias en EE. UU., con una inversión superior a 1 billón de dólares y más de 45 millones de arrestos por delitos de drogas en los últimos 40 años. Este enfoque ha convertido a EE. UU. en el mayor carcelero del mundo, con una tasa de reclusión por habitante mayor que cualquier otra nación de la tierra. La “guerra contra las drogas” liderada por el Gobierno actúa también fuera de sus fronteras, en países productores. Para ello se encarga el trabajo “sucio” a empresas privadas que emplean mercenarios, cuyas tácticas están libres del control público y político, según voces críticas.

En EE. UU. el negocio de la lucha contra la droga funciona aprovechándose de las personas más vulnerables, ya que para muchas la droga ofrece la única vía de ingresos ante el desempleo y la ausencia de coberturas sociales. Este círculo vicioso, que oscila entre el mundo de las drogas y el mundo de la justicia penal, encierra cuestiones raciales y de clases sociales, con el capitalismo neoliberal en la base.

Film: The House I Live In